Ciudad de México. El canciller Marcelo Ebrard Casaubón aseguró que las notas publicadas esta semana por la revista británica The Economist son “una síntesis de la exasperación” de las élites y sorprende, no por la posición ideológica del semanario, “sino por su virulencia y fragilidad informativa”.
En una carta dirigida a la editora general del semanario, Zanny Minton Beddoes, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) expuso la respuesta del gobierno mexicano al contenido de la edición de esta semana en la que se pide a los mexicanos votar en contra del proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, a unos días de los comicios que se realizarán en el país el próximo 6 de junio.
En el escrito, el canciller lamentó que aun cuando hace unas semanas se reunió con el editor internacional de la revista, Robert Guest, a quien expuso “los puntos fundamentales de la profunda transformación política, económica y social que está viviendo México desde hace dos años y medio” con la llegada del mandatario federal, éste y la publicación no hayan sido “sensibles” a los argumentos esgrimidos.
“Por el contrario, a unos días de los comicios en que los mexicanos elegiremos libremente a nuestros representantes, su medio publica un par de artículos en los que se invita a votar en contra del Presidente y su partido (Morena). La opinión y el llamado sorprenden, no por la posición ideológica de su medio, sino por su virulencia y fragilidad argumentativa. Detrás de éstos pareciera permear la visión de que la mayoría de la sociedad mexicana, sobre todo la de menos recursos, está equivocada y apoya a quien no debe. La portada de hoy es la síntesis de la exasperación. Se sabe que los resultados de la elección, como ocurrió en 2018, no coincidirán con lo que ustedes desean”.
En la carta de respuesta, compartida por el canciller en sus redes sociales, subrayó que “es tiempo (de) que las élites exasperadas entiendan que no están entiendiendo” y se cuestionen la posibilidad de ser las que están equivocadas. Además que dicha incomprensión de ese sector, se tradujo a las páginas de la revista. Esto, aludiendo a un artículo publicado el 24 de enero de 2015 donde The Economist planteó que el entonces mandatario Enrique Peña Nieto era “un presidente que no entiende que no entiende”.
Defiende administración de López Obrador
Ebrard remarcó que hace tiempo esas élites aseguraban que el presidente López Obrador no alcanzaría el poder y que, en caso de lograrlo, llevaría al país “a un inexorable fracaso económico”, caracterizado por devaluación, hiperinflación, endeudamiento y a un choque directo con Estados Unidos.
“Nada de ello ha ocurrido. Por el contrario, el gobierno del presidente López Obrador ha cumplido con su promesa de priorizar y reenfocar el gasto hacia los más pobres, como él siempre lo prometió”.
Paralelamente, la administración federal mexicana ha mantenido la disciplina fiscal y finanzas públicas sanas, logró incrementos históricos al salario mínimo, ha controlado la inflación y ha sostenido la estabilidad de la moneda. Aunado a ello, agregó el canciller, en el ámbito bilateral ha logrado construir en poco tiempo una relación de respeto y colaboración con el gobierno en Estados Unidos de Joe Biden.
“La falla de las élites en entender a López Obrador, hoy parece repetirse en sus páginas. Éstas dibujan un panorama desolador para el país, pero pierden de vista que, si bien la economía mexicana, al igual que la del resto de los países, sufrió los estragos de la pandemia, crecerá alrededor de 6 por ciento este año, sin haber contratado deuda, manteniendo las finanzas sanas y con números históricos de inversión extranjera directa.”
Ebrard censuró que el semanario británico –considerada la publicación de las élites mundiales– cuestione la respuesta gubernamental ante el Covid-19. Sin embargo, acotó, The Economist “pasa de largo el esfuerzo mediante el cual México logró, en cuestión de meses, expandir a más del doble sus capacidades de atención hospitalaria y contar con un acceso oportuno y universal a la vacuna. No por nada, México es actualmente el décimo país con mayor número de vacunas aplicadas a su población, la cual –dicho sea de paso– ha mantenido su apoyo al Presidente en las horas difíciles”.
El encargado de la política exterior de nuestro país acentuó que “lo más llamativo” de los textos publicados en la edición semanal es la sugerencia de que López Obrador ha minado de algún modo la democracia mexicana.
“Lo que ha hecho es precisamente lo opuesto. Muchos de sus lectores recordarán que México era hasta hace no tanto un país autoritario, sin libertad de prensa ni comicios libres, que transitó a la democracia gracias al empuje de muchos mexicanos, entre los que destaca López Obrador.
“Su lucha de décadas en contra de un sistema cerrado ha derivado en una democracia fuerte, plural y diversa, en la que, como nunca, se consulta a la población de manera directa sobre temas sustantivos. Esto ocurre cotidianamente, por ejemplo, en Estados Unidos, en donde en conjunto con la elección de candidatos se votan proposiciones controversiales.”
Como nunca antes en la historia, en México “hay plena libertad de prensa y de pensamiento”. El mandatario –planteó Ebrard–, realiza “un ejercicio inédito” (las conferencias matutinas diarias) en el que rinde cuentas a la ciudadanía y mantiene un diálogo circular con la prensa.
“Los niveles de crítica al presidente López Obrador son incomparables con los de sus antecesores (baste abrir cualquier diario mexicano) y, no obstante ello, es el mandatario más popular de la democracia mexicana”.
El funcionario presentó a los editores de The Economist dos posibles explicaciones a que un gobierno como el de López Obrador se mantenga con altos niveles de aprobación, incluso después de transitar por momentos difíciles:
“La visión elitista, defendida ad nauseam, es que esas mayorías están equivocadas y no saben lo que realmente les conviene. Otra, acaso la más obvia, pero sorprendentemente poco considerada, es que la mayoría de las personas se está favoreciendo por un sistema que por primera vez los tiene como prioridad. ¿Acaso no será tiempo de cuestionarse que son las élites enojadas y exasperadas con el presidente López Obrador y no la mayoría que se siente representada y defendida las que estén equivocadas?”
Aseguró que, en medio de tiempos turbulentos, el gobierno de México tiene aún mucho por hacer para derrotar la pandemia, para lograr el despegue definitivo de la economía y para cumplir con su promesa de cerrar “la grosera” brecha social.
Sin embargo, “la valoración de los mexicanos es que vamos por buen camino y que lo estamos logrando. Quizá es tiempo para que, parafraseando un artículo de su revista de hace algunos años, las élites exasperadas entiendan que no están entendiendo”.
En La Jornada