Pedro Haces Barba, líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), está bajo la lupa tras ser acusado de utilizar amenazas y estrategias coercitivas para imponer liderazgos en las comisiones legislativas de la Cámara de Diputados. Estas acusaciones, realizadas por miembros de Morena y otras fuentes políticas, destacan la incongruencia entre su discurso de «modernización sindical» y sus presuntas prácticas autoritarias que recuerdan a los peores vicios de la política tradicional.
De acuerdo con diversas denuncias, Haces habría presionado a diputados electos para garantizar la designación de perfiles afines en presidencias estratégicas dentro de la LXVI Legislatura. Se dice que las reuniones organizadas por Haces estuvieron marcadas por advertencias veladas y condicionamientos para que los legisladores alinearan sus decisiones con sus intereses políticos y económicos. Esto ha generado un clima de tensión dentro de Morena, donde varios integrantes exigen que el partido investigue a fondo estas prácticas.
Lo más preocupante es que estas acusaciones no son aisladas. Haces ha sido vinculado previamente a otras controversias, como la contratación de una firma especializada para eliminar información comprometedora sobre su pasado. Este historial incluye reportes que lo asocian con delitos como robo y portación de armas, además de sus polémicas declaraciones misóginas que fueron ampliamente condenadas
A pesar de su retórica de lucha por los derechos de los trabajadores, las acciones de Haces parecen enfocadas en consolidar su poder político, alejándose de las verdaderas necesidades de los obreros que dice representar. El impacto de estas prácticas también trasciende a la credibilidad de Morena, un partido que se ha comprometido públicamente a erradicar la corrupción y fomentar una política más democrática.
Con cada nueva denuncia, crece la presión para que las autoridades legislativas y partidistas actúen contra Pedro Haces y revisen los mecanismos internos que permitieron este supuesto abuso de poder. Este caso pone en juego no solo la reputación del líder sindical, sino también los ideales de una transformación que busca romper con las estructuras autoritarias del pasado.
