La producción de drogas sintéticas ha aumentado en todo el mundo, pero los mercados de consumo en América Latina y el Caribe siguen siendo de pequeña escala, según un nuevo informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2023, publicado por la ONUDD el 26 de junio, subraya cómo la producción de drogas sintéticas es diferente de la de drogas de origen vegetal como la cocaína, la heroína y la marihuana.
Las drogas sintéticas pueden producirse en cualquier lugar y en cualquier momento, sin las restricciones climáticas que limitan el cultivo de coca y amapola. La producción de drogas sintéticas también es más discreta, pues no requiere grandes extensiones de cultivos ilícitos, lo que permite a los productores evitar ser detectados por las autoridades. Estos factores han propiciado el aumento de drogas sintéticas, como el captagón en el Medio Oriente, el tramadol en algunas zonas de África y Asia Central, y el fentanilo en Norteamérica.
Según el informe, el crecimiento rápido y no regulado del sector farmacéutico también ha contribuido a la explosión de la producción de drogas sintéticas, al facilitar a los productores de drogas ilícitas el acceso a precursores químicos.
En medio de este auge, informa la ONUDD, se han desarrollado mercados de consumo de drogas sintéticas a pequeña escala en América del Sur. Allí, son cada vez más comunes las incautaciones de ketamina, aunque los datos muestran que el consumo de esta droga ha disminuido desde la década de 2010. La ketamina aparece a menudo como ingrediente del «tusi«, una popular droga sintética también conocida como «cocaína rosa». Originaria de América Latina, la droga ha sido incautada en América del Norte y Europa desde 2019.
El informe también aborda otros acontecimientos importantes en materia de drogas en la región, incluido un estudio en profundidad del narcotráfico en el Amazonas que muestra sus estrechos vínculos con la tala y la minería ilegales. La oferta y la demanda de cocaína en todo el mundo son más altas que nunca, y los mercados emergentes desempeñan un papel cada vez más importante en los flujos de cocaína, afirma la publicación.
Análisis de InSight Crime
Los mercados de drogas sintéticas en América Latina y el Caribe se han mantenido en pequeña escala, en parte por la falta de un mercado establecido de consumo de opioides. Aun así, el consumo regional de drogas de origen vegetal como la cocaína y la marihuana podría allanar el camino para un mayor consumo de drogas sintéticas.
Aunque ha causado cientos de miles de sobredosis en Estados Unidos, el consumo de fentanilo no se ha arraigado en América Latina. Sí se han producido pequeñas incautaciones de fentanilo en Argentina, Paraguay y Brasil, pero no hay pruebas de producción ilícita organizada para un mercado de consumo en estos países.
El fentanilo no ha aparecido porque el consumo solo se produce allí donde ya existe un mercado de opiáceos establecido, explicó a InSight Crime Bryce Pardo, oficial de investigación de la ONUDD.
«No hay un gran mercado de heroína en Sudamérica. No hay un gran mercado de opiáceos de prescripción desviados en Sudamérica», dijo. «El fentanilo realmente no va a aparecer allí en gran medida».
Pero el norte de México es otro caso. En una visita a Mexicali y Tijuana en 2022, InSight Crime descubrió que parte del fentanilo destinado a Estados Unidos se desvía para el consumo local, principalmente entre consumidores de heroína. Esto ha provocado cientos de muertes por sobredosis desde que apareció por primera vez en la región, alrededor de 2017.
Aunque el consumo masivo de fentanilo en la región sea improbable, otras drogas sintéticas son más populares.
Ya han surgido mercados de consumo para algunos medicamentos propios del Cono Sur, y en los últimos años las autoridades han incautado cantidades cada vez mayores de drogas de fiesta, como la MDMA. También se produce MDMA en la región: en 2021 se descubrieron sofisticados laboratorios dedicados a la producción de MDMA en Brasil, lo que demuestra la existencia de una importante demanda interna.
Por otro lado, la droga más consumida en la región es la cocaína, informó la ONUDD. Siguiendo la lógica del consumo de heroína que lleva al consumo de fentanilo, el consumo de cocaína también podría llevar a un mayor consumo de estimulantes similares, según le explicó Pardo a InSight Crime.
«Quizá en el futuro se pueda ver una droga sintética similar a la cocaína como droga estimulante para fiestas. No sé si será la metanfetamina o si será otra cosa como la MDMA o la ketamina», afirmó.