En un descubrimiento que sacude los cimientos de la política en la Ciudad de México, se ha destapado que el actual Jefe de Gobierno, Martí Batres, miembro destacado del partido Morena, vive en la alcaldía Benito Juárez, una alcaldía que es gobernada por la oposición. Este hecho ha causado un torbellino de especulaciones y críticas, dado que pone en tela de juicio la coherencia política y personal de Batres.
Lo más sorprendente de esta noticia es que la alcaldía Benito Juárez, gobernada por el PAN, ha sido recientemente reconocida como la más segura de toda la Ciudad de México. Este logro se destaca en un contexto donde el partido de Batres, Morena, ha lanzado constantes críticas contra lo que denominan según ellos el Cártel Inmobiliario», un término peyorativo usado para describir una supuesta red en la alcaldía Benito Juárez, acusándolos de prácticas corruptas y de ser cómplices de la especulación inmobiliaria.
Este escenario plantea un contraste alarmante: ¿Por qué un líder de Morena elige vivir en una zona gobernada por el partido opositor y señalada por su propio partido como parte de un supuesto cártel inmobiliario? ¿Es acaso un reconocimiento tácito a la eficacia en la gestión de seguridad del PAN en Benito Juárez? La ciudadanía demanda respuestas mientras la credibilidad de Martí Batres queda en entredicho. ¿Estaremos presenciando un giro inesperado en las lealtades políticas o simplemente una preferencia personal por la seguridad que brinda la «alcaldía enemiga»?