Ciudad de México. Después de casi 18 meses de no acudir a sus escuelas, 25 millones de niños y adolescentes que cursan su educación prescolar, primaria y secundaria en México están convocados hoy para regresar a las aulas e iniciar de forma presencial el ciclo escolar 2021-2022.
En algunos estados el retorno será escalonado, con un modelo educativo híbrido, que combina clases presenciales con enseñanza a distancia, con un limite de alumnos de 50 por ciento por grupo, y rutinas sanitarias que establecen clases de no más de 45 minutos, para ventilar el aula.
En otras entidades, el llamado es general, como en la Ciudad de México, que convocó a abrir los más de 4 mil planteles donde se atiende a 1.2 millones de alumnos de educación básica, los cuales deberán cumplir los protocolos sanitarios diseñados por las secretarías de Salud (Ssa) y Educación Pública (SEP).
Los lineamientos establecen nueve acciones, entre ellas que los alumnos guarden sana distancia, ocupar pupitres a no menos de 1.5 metros de distancia uno de otro. Será obligatoria para todo menor de más de seis años portar cubrebocas en todo momento, lavarse las manos de forma constante y queda estrictamente prohibido tocar, usar o prestar cualquier material de uso personal, sea lápiz, goma o sacapuntas.
Especialistas en temas educativos advierten: “se regresará a una escuela distinta a la que conocimos antes de la pandemia, pero con la misma visión de privilegiar los aprendizajes esperados, la evaluación diagnóstica estandarizada e imposición de planes y programas de estudio”.
Este lunes 30 de agosto “no se regresa a una escuela del juego, de la convivencia con los compañeros, porque se impone el aislamiento, la protección individual, el temor al otro. Con este regreso forzado, cuando no hay condiciones sanitarias para hacerlo, se implanta una escuela en la que el juego y el proceso social están cancelados”, afirmó Marcelino Guerra, profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) Ajusco.
Recordaron que al hacer de la educación una actividad esencial, se pueden abrir las escuelas aún en color rojo del semáforo epidemiológico, lo que implica que hay un riesgo máximo de contagios.
En estas condiciones, sin un diagnóstico claro, no sólo del estado de las escuelas, sino de las propias comunidades escolares, porque más de la mitad de los niños enfrentan riesgos de comorbilidades por obesidad y sobrepeso, “la decisión de un regreso masivo general es poco prudente y muy riesgoso”, destacó Teresita Garduño Rubio, pedagoga y directora de la Escuela Activa Paidós.PUBLICIDAD
Regreso inédito
Maestros y directores frente a grupo destacaron que el ciclo escolar 2021-2022 inicia en condiciones inéditas, no sólo por las restricciones y la aplicación de protocolos sanitarios, también porque “existe un clima de enorme incertidumbre”.
Pedro Hernández, director de la primaria Centauro del Norte, señaló que “hay temor por el riesgo de posibles contagios, pero también un deseo de docentes y directivos de volver a las aulas, pero al mismo tiempo sabemos cómo están nuestras instalaciones, y lo que pueden implicar para la posibilidad de tener un brote”.
Abelardo Correa, maestros de secundaria, destacó: “volvemos a una escuela que se convertirá en una cárcel, donde los alumnos no se van a poder tocar, los vamos a tener que vigilar para que no se quiten el cubrebocas, no intercambien cuadernos, plumas, gomas. No tendrán recreo y no podrán jugar o comer juntos”.
Francisco Bravo, director de la escuela primaria Leonardo Bravo, destacó que se perdió una oportunidad de construir una verdadera autonomía para las instituciones educativas. La SEP “nos deja las responsabilidades, pero en un marco donde las decisiones de cuándo, cómo y en qué condiciones volver ya fueron impuestas por la autoridad educativa, sin considerar las condiciones de cada escuela”.
El regreso a los colegios es heterogéneo en el territorio nacional, pues que hay entidades, como Nuevo León, donde se anunció que sólo 3 por ciento de sus planteles (99) regresan de forma presencial. Otros estados optaron por implementar un regreso en tres modalidades: virtual, presencial y mixto.
En La Jornada