Ciudad de México. El gobierno federal analiza tener mayor participación en la explotación de los yacimientos de litio ante su importancia para la economía mexicana, anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador, al recibir a su homólogo de Bolivia, Luis Arce Catacora. Esa nación dispone también de grandes reservas del llamado petróleo del futuro, hoy tan codiciado en el mundo y que a decir del político andino fue uno de los objetivos detrás del golpe de Estado perpetrado en su país en noviembre de 2019.
“Lo vamos a revisar”, apuntó el jefe del Ejecutivo, quien había escuchado a detalle la exposición de Arce sobre reanudar los proyectos de industrialización del litio boliviano una vez reinstalada la democracia en su país y, desde el Estado, beneficiar a la población con el uso de ese recurso natural.
Ambos políticos hicieron patente ayer su comunión de propósitos sobre “justicia, libertad, de destierro del clasismo y del racismo; de hacer valer la igualdad, de reafirmar nuestra soberanía” y rechazar el neoliberalismo.
El rencuentro, esta vez en condiciones muy distintas, ocurrió a las 7 en punto de la mañana en Palacio Nacional y tuvo una fuerte carga emotiva y de interés político.
Para Arce, agradecer la solidaridad y el asilo mexicano tras el golpe de Estado en noviembre de 2019 en su país, y en López Obrador, recibir a su “amigo, compañero, hermano”, y resaltar la “hazaña” del pueblo de Bolivia de regresar a la democracia después de “una mala noche, una pesadilla”.
Porque, recalcó, “a pesar del acoso, de la polarización” esa nación resolvió el conflicto “de manera democrática y yo diría ejemplar, y en muy poco tiempo se restableció la legalidad”.
Integrante –como el ex presidente Evo Morales– del Movimiento al Socialismo, Luis Arce participó en la conferencia de prensa diaria como parte de su visita oficial de dos días a México. Expuso los avances sociales de Bolivia antes de la conspiración y el freno de los proyectos para industrializar el litio debido al golpe de Estado.
“A nosotros nos quedó absolutamente claro que el objetivo económico del golpe era el control del litio”. Ahora –indicó– se han reiniciado negociaciones sobre todo con Alemania, porque “el control de los recursos naturales es un tema estratégico” como mecanismo de redistribución del ingreso.
López Obrador tomó el tema del llamado oro blanco y mencionó la posibilidad de mayor participación pública en su explotación.
Criticó las numerosas concesiones mineras otorgadas en el pasado. “Sí cuesta trabajo regular todo lo que significa” su venta porque muy pocas se usan para producir y en cambio, “aunque parezca increíble, son utilizadas para especular en el mercado financiero”.
Equiparó el caso de la minería con lo ocurrido en la reforma energética. “Se entregó 20 por ciento del territorio petrolero de México (y) se suponía que con esa privatización iba a llegar mucha inversión extranjera y a producir más petróleo”, hasta 3 millones de barriles diarios.
Y ni llegó ese capital y su producción no alcanza 20 mil barriles. Tales concesiones no se cancelan, “porque no queremos tener problemas” y el gobierno dispone aún de 80 por ciento del territorio petrolero y ha optado por rehabilitar, modernizar y limpiar a Pemex, subrayó.
La decisión es “no producir (petróleo) más allá de lo que necesitamos para el abasto de nuestro mercado interno, vamos a cuidar este recurso, a conservarlo”.
Se extraerá la mitad de los 3.4 millones de barriles que se alcanzaron en el sexenio de Vicente Fox y tiene que ver “con la protección del medio ambiente”. Contrario al argumento –tras la aprobación de la ley eléctrica– de que las empresas usan energías limpias y el gobierno había optado por combustibles sucios, “pues no. Estamos cuidando la materia prima, el petróleo. Y el caso del litio también lo vamos a revisar”, apuntó.
En La Jornada