Murieron por defender el lazo indisoluble entre su hogar, la comunidad y los bosques que los rodeaban
En Plumas Atómicas
Morir defendiendo la vida suele ser un cliché de películas y novelas. Sin embargo, hay personas que sí son capaces de defender tanto la tierra en la que viven como los derechos de quienes la habitan. Ellos son los activistas indígenas que han sido asesinados en México.
Activistas indígenas han dado su vida por defender tanto su comunidad como los bienes que la rodean. Guadalupe Campanur Tapia era defensora de los bosques de Michoacán.
Guadalupe Campanur, defensora de los bosques de Michoacán. (Imagen:Twitter)
Esta mujer de 32 años fundó el cuerpo de guardabosques en Cherán, municipio de Michoacán en el 2011.
Pobladores indígenas se hartaron de las extorsiones, secuestros y asesinatos cometidos por el crimen organizado. Estos órganos delictivos también talaban el monte hasta que un 15 de abril la ira fue suficiente para que la comunidad se decidiera a expulsarlos.
Pronto Cherán se convirtió en un autogobierno que hasta el día de hoy se sustenta en los usos y costumbres indígenas. Guadalupe era guardabosques, según sus compañeros, una de las activistas “más añejas y constantes“.
Guadalupe fue asesinada por estrangulamiento y, aunque se ha pedido que se investigue el caso como feminicidio, lo han tratado como un homicidio.
Adrián Tihuilit y Manuel Gaspar Rodríguez fueron asesinados el 14 y 31 de mayo del 2018. Ambos defendían a las comunidades Indígenas de Puebla contra la empresa Gaya S.A de C.V.
Protesta por el asesinato de Manuel Gaspar y Adrián Tihuilit. (Imagen:Twitter)
Esta corporación trabaja en la construcción de dos plantas hidroeléctricas que tomarán agua del río Apulco. Por su parte, Manuel Gaspar Rodríguez era el dirigente del Movimiento Indígena Obrero Campesino, Urbano y Popular (MIOCUP).
Adrián Tilihuit apoyaba la lucha de la comunidad en contra de las empresas hidroeléctricas. Desapareció un 30 de mayo, su cuerpo fue encontrado en el fondo de un barranco en Zacapoaxtla. Cerca de él se encontraba un automóvil.
Manuel Gaspar constantemente era blanco de amenazas hasta que fue encontrado sin vida en un motel de Cuetzalan. Tras el homicidio de los activistas, las reuniones se realizaron a puerta cerrada y con discreción.
Julián Carrillo fue un líder Rarámuri que luchó en defensa del bosque de Chihuahua. (Imagen:Twitter)
Julián Carrillo fue un defensor rarámuri del municipio Coloradas de la Virgen en Chihuahua. Junto a otros activistas exigió que se anularan los permisos de aprovechamiento forestal que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales había autorizado.
La comunidad indígena buscaba que ese patrimonio fuera reconocido como propio. (Imagen:Twitter)
Debido a su labor, Julián Carrillo tuvo que atestiguar el asesinato de su hijo Víctor Carrillo. Esa misma tarde su sobrino Guadalupe Carrillo también sería asesinado por “un grupo armado”.
En su última llamada, el activista indígena informó a una organización civil que se había escondido en un cerro, pues un grupo de sicarios lo estaban buscando. (Vía: La Jornada)
La comunidad indígena tiene un lazo indisoluble tanto con la sociedad como con el entorno en el que vive.
Por ello no debe sorprendernos el valor y entereza con los que defienden a su vida y todo lo que ello implica: usos, costumbres, tierra, dignidad individual y colectiva.
Desafortunadamente cada una de sus luchas han sido silenciadas con disparos al aire que nadie parece escuchar.