Ciudad de México. Al inicio de la conferencia matutina en el Salón Tesorería, este lunes, de entre los asistentes, que no sobrepasaban las 30 personas entre reporteros, fotógrafos y camarógrafos, un hombre joven, vestido en playera negra y pantalón oscuro, corte de cabello tipo militar y botines desabrochados, pasó fácilmente para colocarse al lado del Ejecutivo federal.
Nadie de la Ayudantía del presidente se percató, pasó frente a las narices de todos. El único que se percató fue el presidente, quien se encontraba a un costado de la bandera nacional, escuchando el informe semanal del procurador del consumidor, Ricardo Sheffield.
López Obrador lo observó de frente, comenzó a escucharlo, mientras evitaba que sus empleados -que sorprendidos se movilizaron- intentaran sacarlo. Lo sujetó de los antebrazos para atender, mientras aquel le hablaba al oído.
La sorpresa de los que rodean al mandatario fue mayúscula. ¿Cómo a las siete de la mañana una persona sin acreditación sobrepasa los filtros de seguridad que se han desplegado en Palacio Nacional, cuando la prensa debe pasar tres filtros para ingresar al recinto?
Una vez que el presidente escuchó al hombre que burló esa vigilancia, el intruso fue acompañado hacia un costado.
Más adelante en la conferencia, en respuesta a una pregunta, López Obrador pidió a Leticia Ramírez Amaya, directora de Atención Ciudadana de la Presidencia, que explicara la situación.
Ramírez dijo que el joven de nombre José Luis, de 31 años, relató que estuvo preso en Durango a raíz de que le “sembraron” droga. Que no tuvo abogado y al salir de la cárcel no encuentra forma de rehacer su vida.
A esa hora, el joven estaba en la oficina de Ramírez, “mucho más tranquilo” que al principio. “Se está investigando cómo entró”, dijo la funcionaria.
En La Jornada