Más allá de las jactancias de algunos de los nuevos gobernadores, quienes se ufanaban de su cercanía con el presidente López Obrador, lo cierto es que éste, a la hora de la distribución del presupuesto 2022, le apuesta todo al morenista Alfredo Ramírez Bedolla, de Michoacán.
Más allá de las jactancias de algunos de los nuevos gobernadores –como David Monreal Ávila, de Zacatecas, y Ricardo Gallardo, de San Luis Potosí–, quienes se ufanaban de su cercanía con el presidente López Obrador, lo cierto es que éste, a la hora de la distribución del presupuesto 2022, le apuesta todo al morenista Alfredo Ramírez Bedolla, de Michoacán; tanto, que, dice, éste va a coordinar todas las acciones del gobierno federal en la entidad. Las relaciones con los otros mandatarios son de distanciamiento… o de castigo.
ZACATECAS/SAN LUIS POTOSÍ/MICHOACÁN. (Proceso).– El presidente Andrés Manuel López Obrador no oculta distanciamientos ni cercanías en su relación con los nuevos gobernadores morenistas o sus aliados políticos. El trato diferenciado es ya obvio frente a las situaciones críticas que desde las primeras semanas se enfrentan en varios estados y se advierte hasta en el reparto del presupuesto que el gobierno federal prevé para el año próximo.
En el primer caso estarían los gobernadores de Zacatecas, David Monreal, y San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona (del PVEM), quienes en campaña se jactaron de contar con el más amplio respaldo presidencial para atender los graves problemas que les dejaron sus antecesores, particularmente en materia financiera y de seguridad, y que trabajarían a lo largo de los próximos tres años en estrecha colaboración.
Nada de eso se ha visto. Y los augurios para 2022 no son mejores, porque mientras en el caso de Zacatecas ya surgieron quejas por una reducción en el rubro educativo, para San Luis el incremento de fondos es mínimo, menor todavía que para entidades gobernadas por el PAN o por Movimiento Ciudadano.
En Michoacán, por el contrario, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla no sólo recibió ya la visita de López Obrador y parte de su gabinete, también hubo una rápida respuesta del gobierno federal para saldar adeudos heredados con el sector magisterial y empleados estatales, mientras el presidente prácticamente nombró a Ramírez operador de los programas federales en ese estado.
Así, en su campaña a la gubernatura de Zacatecas, David Monreal Ávila presumió que, a diferencia de sus contrincantes, su cercanía y la de su hermano, el senador Ricardo Monreal, con el presidente garantizaban el apoyo del gobierno federal al estado para enfrentar problemas como la inseguridad y el quebranto financiero; pero hasta ahora esto ha quedado en promesa.
Castigo a los Monreal
Con el arribo de Monreal al gobierno estatal el 13 de septiembre no llegaron a Zacatecas ni un mayor despliegue de agentes de la Guardia Nacional para combatir la disputa de los grupos del crimen organizado –que deja en promedio una decena de asesinatos diarios– ni los recursos federales extraordinarios para enfrentar la crisis financiera.
Ante las manifestaciones del magisterio y de burócratas estatales que reclamaban el pago salarial y le paralizaron el gobierno a días de iniciada su gestión, el gobernador buscó una audiencia con López Obrador, que tardó casi tres semanas en recibirlo en Palacio Nacional, como patentizó la oposición en el Congreso estatal, al insinuar que el mandatario dio ya la espalda al gobierno monrealista.
De ese encuentro entre el presidente y el gobernador, el gobierno federal no difundió fotografías, como sí lo hizo de las reuniones sostenidas con otros mandatarios emanados de Morena. En cambio, el gobierno del estado publicitó esta reunión como un gran logro de Monreal, utilizando incluso una fotografía de un encuentro anterior; además circuló un video de la conferencia mañanera del 13 de octubre en la que el presidente anunció que ayudará a la entidad.
FUENTE: Proceso