El nearshoring cobró relevancia durante la pandemia del Covid-19, y ha significado una oportunidad histórica para México y el impacto que podría generar para la economía del país.
La posición estratégica de México y el aumento de la tensión entre China y Estados Unidos, debido a problemas geopolíticos y económicos, ha generado que diversas empresas tengan dificultades en enviar sus productos desde el extranjero. Estos factores clave han posicionado a México como un país atractivo para la inversión extranjera y el establecimiento de las empresas. producción de las empresas.
De acuerdo con Diego López Tamayo, economista senior de BBVA México, a partir del inicio de la guerra comercial entre China y EUA en 2018 se popularizó el término de nearshoring, refiriéndose a la relocalización de la producción de empresas estadounidenses hacia regiones más cercanas al país norteamericano.
Explicó que, dada su localización geográfica, la integración comercial con América del Norte y ser parte de un tratado comercial modernizado como el T-MEC, México es un candidato natural en esta reubicación de procesos productivos. La manufactura mexicana es de las más competitivas a nivel global, particularmente en la industria pesada. Desde metálica básica hasta equipo de transporte, México se encuentra en lo más alto en la clasificación de competitividad, sólo después de China.
Claroscuros
Si bien es cierto que México ya puede observar una mayor demanda resultado de la relocalización (16% de empresas encuestadas observaron incrementos en su demanda resultado de la relocalización estadounidense, EMAER) los datos de BBVA muestran que México se encuentra lejos de liderar esta carrera. La mayor parte de la producción que ha salido de China desde 2018 se ha quedado en países vecinos del gigante asiático como Vietnam, Taiwán o Singapur.
Esto es, las ganancias de México por nearshoring se están quedando por debajo de lo que debería obtener. En un ejercicio de simulación realizado por BBVA Research en el informe “Situación Regional Sectorial México 2S22”, se analizó el crecimiento de la economía bajo la hipótesis donde México hubiera recibido la totalidad de flujos comerciales que han salido de China desde 2018.
Bajo este escenario, la economía mexicana habría crecido 1.42% anualmente, y no -0.40%; la manufactura habría crecido alrededor de 7% anualmente, en vez de 0.69%; y sectores de alta relevancia como Comercio Mayorista y Transportes hubieran duplicado su crecimiento anual en este periodo.
¿México está preparado?
En términos de infraestructura, «no es claro si México está realmente preparado para una llegada masiva de capitales».
Un ejemplo es el acceso a la electricidad; la simulación sugiere que la demanda eléctrica se habría incrementado alrededor del 25% con respecto a lo observado en 2020, requiriendo un crecimiento anual de 1.64% entre 2018-2020, lo cual contrasta con el crecimiento anual de -0.3% en este periodo.