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Falsas promesas de organizaciones y “líderes” sociales están llevando a cientos de familias a perder sus casas

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Cada vez son más los que confiaron en organizaciones que les prometieron casas sólo con pagar cuotas semanales y ahora están perdiendo sus hogares.

Desde la llegada del Covid-19 a México, instituciones como el Infonavit comenzaron a desarrollar nuevos esquemas para financiar las deudas y así poder apoyar a las familias a cubrir sus créditos, no obstante, algunas familias viven en una profunda incertidumbre por el destino que puedan tener sus casas si no logran cubrir sus pagos.

Para otras personas, perder su casa se ha convertido en una realidad. Y es que algunas personas, influenciadas por organizaciones de supuesta defensa a la vivienda, han suspendido los pagos de sus créditos hipotecarios, lo cual los ha puesto contra las cuerdas ante la latente posibilidad de perder su patrimonio. Para muestra tenemos el caso de Tecámac.

Pobladores de Tecámac terminan en la calle por culpa de organizaciones sociales y líderes incompetentes.

Pobladores de distintos fraccionamientos en el municipio de Tecámac suspendieron el pago de sus créditos hipotecarios y se sumaron a organizaciones que les prometieron obtener sus casas a través de amparos judiciales que les permitirían reducir el monto total del valor de sus viviendas. Claramente estas personas resultaron defraudadas por dichas “organizaciones”.

El modus operandi de estos sujetos es encontrar a personas que tiene la necesidad de cubrir los gastos de sus créditos y sus hipotecas y engañarlos prometiéndoles que, si cubren una cuota menor al pago mensual de sus hipotecas, ellos se encargaran de acudir ante las autoridades para tramitar juicios y así lograr disminuir el costo de las viviendas.

Sin embargo, estos “líderes” sociales, abusando de la buena fe y la necesidad de las personas, obligan a los propietarios a suspender los pagos de los contratos por sus viviendas, mientras ellos exigen cuotas semanales o mensuales para cubrir los supuestos “gastos de representación”. Al final, las personas que inocentemente confían en estas organizaciones terminan en juicios que los llevan a perder sus casas sin que estos pseudo líderes, que en muchos casos se hace pasar por abogados, tengan la capacidad de apoyarlos para evitar que sean desalojados por la suspensión de pagos a la que son obligados por sus “representantes”.

En algunos casos, estas organizaciones se han jactado de poder ganar en tribunales las casas, pero la realidad no es que se ganen los casos, sino que las deudas permanecen, lo único que hacen es alargar los procesos judiciales. En otros casos, y ante la desesperación y exigencias de sus integrantes han llegado a ocupar las viviendas de manera ilegal, causando un conflicto directo con los auténticos propietarios de esas casas.

Las personas que han creído en estas organizaciones y en sus “líderes” (si es que así podemos llamarlos), al final del día son las verdaderas víctimas de esta situación, porque son ellos los que están poniendo el financiamiento para las organizaciones y, lo peor, son ellos los que ponen las casas de las que luego serán lanzados, mientras que sus dirigentes siguen buscando la manera de involucrar a más personas en estos fraudes.

Estas personas que encabezan las organizaciones que presuntamente defienden la vivienda en México, han hecho del fraude su estilo de vida. Basta de que gente sin escrúpulos este viviendo del dinero y el trabajo de los demás y, sobre todo, jugando con lo más valioso que muchas personas estamos buscando construir, nuestros hogares.