El Gobierno de México exigió el lunes al estado de Texas, su mayor aliado comercial en Estados Unidos, el retiro de las inspecciones exhaustivas al transporte de carga que se aplican de manera adicional a las unidades mexicanas en su cruce fronterizo de sur a norte.
(Es) una atribución que no corresponde a gobiernos subnacionales”, de acuerdo con un comunicado de prensa distribuido por la Secretaría de Economía (SE), donde también manifiesta su preocupación por las “pérdidas económicas” producidas por las inspecciones que realiza el gobierno de Texas, a mando de Greg Abbott”, desde el pasado 8 de mayo.
Estas inspecciones se han realizado en el cruce de carga fronterizo de Matamoros-Brownsville con una supuesta intención de interrumpir el tráfico de migrantes, en momentos en que el pasado 11 de mayo finalizó la vigencia del llamado Título 42, una medida de contención migratoria temporal, aplicada por el gobierno de Donald Trump durante la pandemia por COVID-19.
Esta medida permitía a oficiales de aduana de Estados Unidos retornar inmediatamente a las personas que cruzaban la frontera de manera ilegal sin ningún tipo de procesamiento.
No es la primera vez que el gobernador Abbott realiza este tipo de medidas como una represalia al gobierno de Joe Biden. En abril del año pasado también se registraron estas acciones que provocaron, incluso, el cierre total de la aduana de Matamoros por una manifestación realizada por los propios conductores que reclamaban las pésimas condiciones que las inspecciones les provocaban pasar, a causa de las largas filas y horas parados.
“Estas acciones están motivadas por una visión antimexicana que dista de la integración social, cultural y económica entre México y Texas”, según se lee en el comunicado de prensa de la Secretaría de Economía.
Ahí mismo hace mención de que México es el principal socio comercial de dicho estado, y que esta relación representa al año en promedio 23 mil millones de dólares. Además, recuerda que “gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), juntos hemos desarrollado cadenas de suministro en sectores estratégicos como el automotriz, el electrónico y el de hidrocarburos”.
“En contrasentido a estos beneficios mutuos, la imposición de estas inspecciones está generando pérdidas millonarias tanto para empresas mexicanas como para estadounidenses. Estas inspecciones están causando demoras de entre ocho y 27 horas en el ingreso de los transportes de carga nacionales a Texas, lo cual afecta principalmente a productos perecederos. En última instancia, son los consumidores estadounidenses quienes pagan los costos de estas políticas, por lo que a todos conviene restablecer la normalidad en la frontera”, dijo la SE.
Esta oficina federal ha iniciado un diálogo con la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) “para encontrar una solución a un problema que, reconocemos, es causado por una autoridad subnacional”.
Además, recordó que el pasado 12 de mayo se celebró una teleconferencia entre el subsecretario de Comercio Exterior, Alejandro Encinas Nájera, y el Representante Comercial Adjunto de Estados Unidos, Jayme White, donde la SE manifestó sus preocupaciones y enfatizó que estos obstáculos al comercio son incompatibles con los acuerdos de acceso a mercado existentes entre México y Estados Unidos.
Incluso aseguró que, en los próximos días, sin concertar algún día en específico, el Gobierno de México someterá el caso ante el Comité de Facilitación de Comercio del T-MEC.
El pasado 8 de mayo, la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) emitió un llamado a las autoridades mexicanas para entablar un diálogo inmediato con el gobierno de Texas, a fin de acelerar el paso de los tractocamiones a territorio estadounidense, ante las “pérdidas millonarias que resultan perjudiciales para las empresas de nuestro país”.