Decenas de desalojos se han visto en fraccionamientos del Estado de México, donde un grupo de personas saca a toda una familia de su hogar. Mientras los habitantes se encuentran afuera, rompen la chapa de la puerta y se mete otra familia que forma parte de estas organizaciones.
Ejemplo de esto es el caso de la Unidad San Buenaventura, municipio de Ixtapaluca, donde, con documentos falsos y supuestos abogados, estas personas que se hacen pasar por autoridades, ingresan a las viviendas que ven deshabitadas y se las apropian para meter a las familias que apoyan a estos grupos de estafadores.
Los vecinos de la Unidad aseguran que la mayoría de las casas tienen propietario y aunque no lo tuvieran, no son formas legales de entrar a cualquier vivienda y apropiarse de esta.
“Son casas que tiene propietario y que en su mayoría hay personas que la dejan porque tienen que radicar en otros lugares o, sencillamente, van a ver a sus familiares; pero al percatarse de esta situación, vienen con supuestos abogados y sus documentados, se infiltran en la cerrada, abren las casas y tratan de meterse a la fuerza «, denunciaron los vecinos.
Este mismo grupo también ha operado en Séptima Sección del municipio de Chalco, ahí han logrado invadir tres viviendas mientras sus dueños habían salido de vacaciones.
«Llegaron pseudo personas para sacar a los habitantes de la casa con una supuesta orden, pero afortunadamente hubo personas que se opusieron y les dijimos que se identificaran. Después llegó una patrulla estatal y lograron que no se metieron a la casa», explicaron los vecinos.
En Tecámac hay más de estas supuestas organizaciones para apoyar a las personas a obtener viviendas dignas, aunque ahí la operación tiene sus variaciones, por ejemplo, exigen cuotas para cubrir supuestos gastos de representación, le piden a los involucrados dejar de pagar las viviendas y luego, cuando son desalojados por la falta de pago, sus líderes brillan por su ausencia, los dejan en el olvido y su supuesta representación legal no tiene ningún resultado. Estas familias pierden dinero, tiempo y patrimonio.
Grupos como estos hay cientos, los cuales se hacen pasar por autoridades o protectores sociales, con el único fin de adueñarse de los hogares y obtener beneficios de las inmobiliarias y las instituciones de crédito.
