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Reporte de la Conadic: La pandemia nos deja más neuróticos, deprimidos, asustados… y adictos

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El diagnóstico de la Conadic es claro: la pandemia del covid-19 ha generado estrés adicional en la población, por lo que fármacos, psicotrópicos, tranquilizantes y demás sustancias se están vendiendo en mayores cantidades a las que se comercializaban antes de la crisis sanitaria.

La pandemia del SARS-CoV-2 desató en México “otra pandemia” igual de dañina: el alarmante incremento en el consumo de drogas sintéticas cada vez más potentes y accesibles a la población, al grado de que comenzaron a enviarse a domicilio mediante los servicios de paquetería para que los usuarios mantuvieran el confinamiento impuesto por el covid-19.

Y fueron precisamente el estrés y la angustia ocasionados por el coronavirus, así como nuestra vecindad con Estados Unidos –donde este año murieron 100 mil adictos por sobredosis– factores para que en México aumentara hasta en 218% el consumo de metanfetaminas, fentanilo, alucinógenos y otras drogas de reciente creación.

Gady Zabicky Sirot, titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), es tajante: “El consumo de drogas se agravó con la pandemia. El covid-19 nos dejó neuróticos, deprimidos, asustados, preocupados… Y para mitigar estas afecciones mucha gente está recurriendo a las drogas y al alcohol”.

–¿Realmente ya se puede asegurar que la carga de estrés causada por el covid-19 empujó a un mayor consumo de drogas?

–Sí. Hay bastante sustento y evidencia empírica para afirmarlo sin temor a equivocarnos. La pandemia ha generado un estrés adicional en toda la población, por lo que fármacos, psicotrópicos, tranquilizantes y demás sustancias se están vendiendo en mayores cantidades a las que se comercializaban antes de la pandemia. De eso no hay duda.

Preocupado, Zabicky indica que, además, se dio “un viraje hacia el uso de drogas más potentes, más baratas y, por lo tanto, más peligrosas. Por ejemplo, hoy un gramo de cristal resulta más barato que una cerveza o que una cuba”.

El confinamiento por la pandemia, aclara, modificó también los hábitos de consumo, sobre todo entre la población joven que anteriormente solía usar drogas en fiestas, bares y centros nocturnos, que tuvieron que ser cerrados.

Prosigue: “Fue así como empezó a darse la distribución al menudeo a través de empresas de paquetería. También por correo o vía aplicaciones de entrega de comida. Por estos medios, fácilmente se puede enviar cualquier sustancia hacia un consumidor que la está pagando como si fuera un producto lícito”.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2353 del semanario Proceso, cuya versión digital puedes adquirir aquí.

FUENTE: Proceso