Se deshacen inversionistas extranjeros de cartera de deuda local y gubernamental; expertos señalan que, aunque a ritmo lento desde 2020, fuga es constante; la atribuyen a incertidumbre internacional y a políticas del Gobierno; en teoría hay condiciones adecuadas para más inversión de ese tipo, señalan
Desde el inicio de la pandemia en 2020 se ha registrado una salida constante de capitales de instrumentos financieros de deuda local y gubernamental en poder de extranjeros, de acuerdo con el reporte de la balanza de pagos al segundo trimestre de este año.
El reporte presentado por el Banco de México (Banxico), refleja que en el trimestre de abril a junio los inversionistas internacionales se deshicieron de 5 mil 074 millones de dólares en inversión de cartera, sumando así nueve trimestres consecutivos en el éxodo de capitales.
Expertos señalaron a La Razón que, la incertidumbre que se vive a nivel internacional y la generada por algunas políticas del Gobierno mexicano han abonado a que esta migración continúe, a un ritmo lento, pero constante.
Jorge Gordillo, director de Análisis Económico y Bursátil de CI Banco, explicó que, para los inversionistas extranjeros, dejar este instrumento significa que hay conveniencia de invertir en otros países por el diferencial de tasas de interés; sin embargo, también es el reflejo de la visión que se tienen de México.
“El extranjero hoy no se siente cómodo con este instrumento o no sienten que el país es muy seguro, ya que las condiciones en este momento son adecuadas para atraer más inversiones, lo cual no está sucediendo”, sostuvo.
Derivado del incremento en la tasa de interés referencial que actualmente se encuentra en 8.50 por ciento, México se vuelve atractivo para invertir, ya que está por encima del nivel que tienen países como Estados Unidos.
Respecto a esto, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base, sostuvo que, con nueve trimestres de salidas de capitales, México se anota la segunda racha más larga en el registro, junto con el periodo que fue del segundo trimestre de 1986 al segundo trimestre de 1988; mientras que el periodo más extenso de este efecto fue de 10 trimestres que abarcó del cuarto trimestre de 1982 al primer trimestre de 1985.
En este sentido, Gordillo explicó que, quizá en algún momento la política monetaria de Estados Unidos fomentó el exceso de acumulación de muchos instrumentos en diversos países como México, ya que durante muchos años su tasa de referencia estuvo en cero, por lo que no convenía estar en el mercado del dinero.
Sin embargo, mencionó que si el país vecino continúa con su política monetaria con aumentos como los que ha recetado en las últimas reuniones la Reserva Federal (Fed), se corre el riesgo de que se incremente aún más el éxodo de capitales.
“La salida en ese instrumento nos preocupa si la tasa de interés de Estados Unidos se acelera, que se vuelva más atractiva; pero si el Banxico sigue apretando la tasa de interés tal vez dé algo de condiciones al exterior para frenar la salida de esta inversión”, sostuvo.
Aun así, el experto mencionó que el problema que hay con ese instrumento financiero es que es fácil de mover o vender; sin embargo, aún no se puede considerar como un reflejo per se de desconfianza en México, aunque sí prende “los focos amarillos”.
HAY BUEN APETITO. Respecto a esto Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex, señaló que, para determinar el efecto de la salida de capitales es necesario ponderar el problema. Por un lado, sostuvo que si se hace una radiografía general en el primer semestre del año hubo una salida de mil 172 millones de dólares, una cifra relativamente pequeña.
Para el experto, este factor está relacionado con la incertidumbre; sin embargo, mencionó, está compensado con la inversión extranjera directa, la cual registró un monto de 27 mil millones de dólares al segundo trimestre del año, una cifra grande que destaca la confianza en el país.
“Lo que vemos como factor compensatorio es lo que sucede con la IED, porque finalmente la inversión de cartera es muy volátil, digamos que se asocia con lo que se llaman capitales golondrinos, sería muy grave que los montos fueran muchos mayores a los que estoy mencionando”, dijo.
Explicó que esto significa que el inversionista extranjero tiene interés en México y aunque hay una narrativa al interior del país que sugiere un deterioro, la realidad es que los inversionistas extranjeros están contentos con invertir en México.
FUENTE: La Razón