Cuando los líderes de origen mixteco del Valle Central de California se enteraron de los comentarios racistas de tres latinos del Concejo Municipal de Los Ángeles hacia la comunidad indígena oaxaqueña en octubre de 2022, no se sorprendieron.
Después de todo, esos insultos contra los indígenas no son nada nuevo y forman parte de una cultura de racismo y discriminación que se remonta a siglos atrás.
“Siempre hemos sufrido discriminación y opresión por parte de los mismos latinos”, dijo en octubre Oralia Maceda , directora de programas de El Centro Binacional para el Desarrollo Indígena Oaxaqueño.
Cultura del racismo
Hugo Morales , cofundador y director ejecutivo de Radio Bilingüe, dijo que culturalmente la discriminación y el racismo contra los indígenas es algo que existe desde la época colonial, cuando los blancos invadieron y conquistaron México y América Latina “inculcando su propia cultura de racismo”.
Morales, de 74 años y descendiente de mixtecos, dijo que después de que los españoles invadieron México y América Latina, escribieron un código legal de jerarquía que colocaba a los blancos puros de España en el orden más alto por encima de los negros y los nativos americanos.
“Eso era literalmente parte del sistema jurídico en la época colonial en toda la América Latina gobernada por España, que es la mayor parte del continente americano”, dijo Morales. “Así que, ya sabes, ese racismo estaba incrustado allí”.
Los comentarios racistas y antiindígenas de la presidenta del Concejo Municipal de Los Ángeles Nury Martínez , junto con los concejales Gil Cedillo y Kevin de León, entre otros, fueron grabados en audio y filtrados cerca del Día de la Raza. Morales y otros indígenas se refieren a esta festividad como “el aniversario de la marcha colonizadora y genocida de (Cristóbal) Colón”.
Recientemente, el Día de la Raza se ha ido sustituyendo cada vez más por el Día de los Pueblos Indígenas, que honra y celebra la historia y la cultura de los pueblos indígenas del continente americano.
“Estamos en la conmemoración de 530 años de resistencia de nuestras comunidades indígenas y seguimos viviendo esas malas experiencias que tenemos como comunidades (indígenas)“, dijo Maceda, de origen mixteco.
En el audio filtrado, los concejales se refieren despectivamente a la apariencia de los inmigrantes de Oaxaca , llamándolos feos, bajos y de piel oscura.
California alberga a unos 350,000 indígenas oaxaqueños, que se concentran principalmente en el Valle Central, el sur del estado y en la zona de Monterey, según un estudio realizado en 2016 por la USC y el instituto de investigación mexicano El Colegio de la Frontera Norte .
El racismo y la discriminación pueden evolucionar a discursos de odio y crímenes de odio. Funcionarios estatales han observado un aumento de los delitos de odio en los últimos años entre todas las etnias y orientaciones sexuales.
Los indígenas han sido discriminados por su lengua, cultura, estatura, vestimenta o rasgos indígenas.
“Creo que el racismo entre los mestizos mexicanos es tan profundo que no importa cómo vista una persona”, dijo Morales, y añadió que la gente encuentra la forma de discriminar.
Por ejemplo, la comunidad de Greenfield , en el Condado de Monterey , donde aproximadamente uno de cada tres habitantes son migrantes indígenas oaxaqueños, fue noticia en 2011 cuando medios nacionales informaron de un “feo conflicto” entre los habitantes latinos de toda la vida y los recién llegados oaxaqueños que hablaban su propia lengua y mantenían sus propias costumbres, como los matrimonios concertados de hijas aún adolescentes.
Los latinos, en su mayoría mexicano-estadounidenses, estaban descontentos con los nuevos inmigrantes y presentaron una serie de quejas crecientes contra los oaxaqueños ante el concejo municipal, en sitios de redes sociales y al periódico local.
Elsa Mejía, la primera mixteca elegida para un concejo municipal estadounidense, ha soportado insultos como los proferidos por los dirigentes de Los Ángeles desde su infancia.
“No paró cuando era niña. Ocurrió en entornos sociales cuando era adolescente. Ocurrió en el lugar de trabajo y sigue ocurriendo”, dijo Mejía.
En un empleo de nivel inicial, el gerente, que era mexicano, llamó a Mejía “indita” y nadie dijo nada al respecto.
“Fue muy decepcionante. Fue desgarrador, doloroso y molesto haber experimentado eso en el lugar de trabajo, donde se suponía que todos debíamos ser tratados por igual”, dijo Mejía, quien actualmente forma parte del Concejo Municipal de Madera . Madera , la capital del condado, cuenta con una numerosa e influyente población oaxaqueña.
El “-ita” se añade al final de las palabras como un término cariñoso, pero los términos se convierten en insultos cuando se juntan con palabras dirigidas a los indígenas de México.
“Creo que cuando la gente se queda callada y ve que uno está pasando por algo así, también es cómplice de la persona que te está agrediendo”, dijo Mejía.
“Así que hay mucho trabajo por hacer en torno a la educación, ya sabes, la comunidad en general y la descolonización de las mentalidades”, dijo Mejía, una graduada universitaria de primera generación.
Mejía afirmó que la experiencia de cada persona es diferente en lo que respecta al racismo y la discriminación.
Siendo ella misma una estadounidense de origen mexicano, una indígena nacida en Estados Unidos, Mejía dijo que es diferente de otros indígenas como sus padres, quienes emigraron de Santa María Tindú en la región mixteca de Oaxaca en su juventud.
“Lo vivimos de forma diferente. Tenemos obstáculos diferentes”, dijo. “Sé que nuestros padres tuvieron la mayor dificultad de venir aquí físicamente, pero eso no significa que, ya sabes, los obstáculos cesen para nosotros”.
“Todavía tenemos que romper muchas barreras, incluidas las barreras institucionales, la universidad o estar en lugares como el concejo municipal o simplemente todos estos lugares nuevos para nosotros, son todas todas estas barreras diferentes”, dijo Mejía, quien en 2021 perdió una oportunidad de ser nombrada para llenar una vacante en el concejo. Un miembro del concejo dijo que no estaba calificada porque nunca había sido madre.
Mejía dijo que reconoce y admite que tiene el “privilegio de la piel clara”.
“Mucha gente no siempre identificaba de inmediato que yo misma era oaxaqueña porque tienen ese prejuicio”, dijo Mejía. “Piensan que todos los oaxaqueños tenemos que ser de una determinada manera, y no es así”.
Cuando los medios perpetúan el racismo
Morales dijo que las empresas de medios (mencionó a Televisa o Univisión) –a través de películas, programas y telenovelas– siguen perpetuando el racismo y la discriminación contra los indígenas.
Por ejemplo, el personaje de La India María, muy popular en México, degrada a los indígenas.
Dijo que los medios también usan palabras como “Oaxaca” y “oaxaqueños” como definitorios de lo indígena, además de que aún hay programas o series de televisión que se burlan de los indígenas.
“Y, ya sabe, se considera normal”, dijo Morales.
Morales dijo que el racismo es usado por los medios comerciales mexicanos para atraer audiencia y alimentar el racismo, y lo peor de los mexicanos y latinos, en aras del rating.
Dijo que la televisión, la radio y la prensa escrita en México se sienten muy cómodos “discriminando y retratándonos como, ya sabe, indeseables o ridiculizándonos para crear audiencia”.
El racismo en México, dijo Morales, no solo afecta a los indígenas y los negros, sino también a los chinos.
Morales dijo que algunas estaciones de radio (mencionó a Univision Radio ) usan mucho el término ‘El chinito’, que está ligado al racismo contra los indígenas, un término con el que está muy familiarizado ya que ha sido usado en su contra muchas veces.
“Es racismo, los mexicanos son racistas contra los chinos, pero también lo son contra los indígenas”, dijo.
“Los mestizos se divierten insultando a los indígenas llamándolos chinitos cuando en realidad saben que no son chinitos. Pero eso es lo que usan como forma de insultar y degradar a la gente, ya sabes, en tu cara”, dijo Morales, añadiendo que eso está tan arraigado por los medios que la gente lo ve como algo normal.
Al ver cómo los medios comerciales tratan a los indígenas, Morales dijo que es por eso que Radio Bilingüe resalta las voces de los mixtecos y mixtecas todos los domingos –con música, lengua, cultura–, un programa que es transnacional, que se transmite en su propia tierra en Oaxaca y que es respetuoso con sus audiencias, todas indígenas.
“Así que, esta es nuestra manera, una de nuestras maneras de alzar las voces de los indígenas, de educar a nuestras otras audiencias que son mestizas y otras personas sobre el valor que le damos a nuestros oyentes que son indígenas y que son capaces de hacer nuestro programa de radio y proyectarse y hablar por sí mismos y abogar por nosotros mismos y celebrar nuestra propia cultura, nuestra propia lengua y así sucesivamente”, dijo Morales.
Un sentimiento de orgullo: Rompiendo la cultura del racismo
La descolonización –el romper con la cultura del racismo– comienza con “la educación no solo de la comunidad en general, sino incluso de nosotros mismos dentro de nuestras familias indígenas”, dijo Mejía, experiodista.
Sus padres siempre inculcaron a sus hermanos y a ella misma “el sentimiento de orgullo de ser mixtecos”, dijo Mejía.
Mejía dijo que los padres indígenas que enseñan a la próxima generación de indígenas nacidos en el Valle como ella sobre las prácticas de su cultura, tradiciones, creencias costumbres y “ese sentido de orgullo, de ser mixtecos”, arman a sus hijos en casa con el conocimiento.
“Y eso los empodera en caso de que sean acosados”, dijo Mejía.
Sin embargo, el trabajo o el reto de romper la cultura del racismo no debe recaer solo en la comunidad indígena, dijeron Morales y Mejía .
“No somos nosotros, ya sabe, es el otro. No es la víctima. Deberíamos centrarnos en el agresor”, dijo Morales, quien vive en Estados Unidos desde que tenía nueve años.
Por su propia experiencia, Morales dijo que ha sufrido menos discriminación de los blancos que de los latinos o los mexicano-estadounidenses.
“Donde más me aprecian, francamente, por mis logros es más entre la gente blanca”, dijo Morales. “Es simplemente triste. No es que la gente blanca no sea racista, porque hay mucho racismo entre la gente blanca. Pero el racismo en México no cesa”.
Mejía dijo que escuchó que en Madera Unified se está educando sobre “nuestra gran concentración de indígenas aquí en Madera”.
“La comunidad en general necesita saber quiénes somos y que el respeto es importante. Y el respeto es una calle de doble sentido”, dijo Mejía.
Ha sido un proceso largo, dijo, “pero el simple hecho de tener la conversación, esa narrativa en los medios haciendo conciencia, está haciendo progresos”.
Comparando su juventud con la actualidad, Mejía, quien ronda la treintena, dijo que existe un sentimiento de orgullo.
“La gente está elevando nuestra comunidad. No se avergüenzan de lo que son y celebran lo que somos”, dijo Mejía. “Y creo que La Guelaguetza Madera es un ejemplo de los muchos que están ocurriendo ahora mismo”.