China está manipulando los medios de comunicación mundiales a través de la censura, la recopilación de datos y la compra encubierta en el extranjero, dijo el jueves Estados Unidos, que advirtió de que esta tendencia podría provocar una «fuerte restricción» a la libertad de expresión en el mundo.
El Departamento de Estado estadounidense señaló que Pekín ha gastado miles de millones de dólares anuales en actividades de manipulación de la información, como la adquisición de participaciones en medios de comunicación extranjeros a través de «medios públicos y no públicos», el patrocinio de personas influyentes en Internet y la firma de acuerdos que promueven contenidos no etiquetados del Gobierno chino.
El informe estadounidense se conoce en un contexto de polémica sobre los esfuerzos de China en los últimos años para ampliar la presencia mundial de sus medios de comunicación controlados por el Gobierno, especialmente a medida que se ha intensificado la competencia geopolítica entre Pekín y Washington.
Los líderes chinos han intentado combatir las imágenes negativas de China que, en su opinión, difunden los medios de comunicación mundiales.
Liu Pengyu, portavoz de la embajada de China en Washington, dijo que el informe pretendía elevar la confrontación ideológica y «desprestigiar la política interior y exterior de China».
Escrito con una mentalidad de Guerra Fría, el informe no es más que otra herramienta para mantener a China a raya y apuntalar la hegemonía estadounidense. China se opone firmemente a tales maniobras
Liu Pengyu, portavoz de la embajada de China en Washington
Citando informes públicos e «información gubernamental recientemente adquirida», el Global Engagement Center del Departamento de Estado afirmó que Pekín había creado su propio ecosistema informativo cooptando a élites políticas y periodistas extranjeros.
Además ha invertido en redes de satélite y servicios de televisión digital en regiones en desarrollo que dan prioridad a los contenidos de los medios de comunicación chinos respaldados por el Estado.
La recopilación de datos chinos en el extranjero «ha permitido a Pekín afinar la censura mundial centrándose en personas y organizaciones concretas»
