Carlos Torres Piña a pesar de obtener la candidatura de forma inusual, no cuenta con el conocimiento necesario para gobernar Morelia, ya que no conoce las calles ni las necesidades de los morelenses.
El virtual candidato oficialista a la alcaldía de Morelia, Carlos Torres Piña, enfrenta un desafío considerable a pesar del presunto respaldo del gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla. Aunque cuenta con una larga trayectoria política en la región, su falta de acciones sociales y obras públicas en la capital michoacana genera escepticismo entre los ciudadanos.
A pesar de su residencia en Morelia durante años, principalmente durante su período como dirigente estatal del PRD, Torres Piña carece de un historial significativo en términos de contribuciones sociales o mejoras urbanas en la ciudad.
A pesar de haber ocupado cargos como diputado federal en dos ocasiones, dirigente estatal del PRD y secretario de Gobierno de Michoacán, su legado en términos de impacto social en Morelia es escaso, lo que plantea interrogantes sobre su capacidad para liderar la administración local.
Además, la decisión de otorgarle la candidatura a la alcaldía de Morelia ha generado controversia, especialmente al pasar por alto a figuras como el diputado local Juan Carlos Barragán Vélez, quien había estado liderando en las encuestas en los últimos meses, incluso por encima del delfín del gobernador, Luis Navarro García, secretario de Finanzas y Administración.
Esta situación pone de manifiesto las tensiones internas dentro del partido y sus alianzas políticas, así como las expectativas y demandas de la ciudadanía en cuanto a liderazgo y rendición de cuentas. La campaña de Torres Piña enfrenta así el reto de convencer a los votantes de su capacidad para representar y mejorar la vida de los morelianos, a pesar de su escaso historial en la ciudad.